Neuroliderazgo: no es el futuro, es el presente


Primero fue el neuromarketing, con la aplicación de los avances neuronales a la disciplina de la mercadotecnia. Luego llegó la neuroética de la mano de pensadores como Adela Cortina, porque todos estos avances indudablemente hacían necesario un replanteamiento de las implicaciones morales y los límites a la innovación.

La neurociencia, en los últimos años, ha aportado descubrimientos aplicables a la educación, la psicología, la medicina, la economía, el marketing, y también al liderazgo, entre otras disciplinas.

Más que una moda, es un tema de actualidad que ha venido para quedarse. Y que ha desmentido muchas creencias arraigadas durante años.

Ahora el neuroliderazgo, o lo que es lo mismo, la neurociencia en la gestión de personas, está revolucionando no sólo la manera de hacer empresa, sino también de relacionarnos entre los seres humanos.

Partiendo de comprender cómo funciona el cerebro, su anatomía y su fisiología, el neuroliderazgo intenta definir la base neuronal del liderazgo y de la gestión de las personas. La conducta, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, la forma de relacionarse con otros, la inteligencia y aprendizaje individual y organizacional son aspectos que tiene que tomar en cuenta un buen líder.

Un cambio de paradigma cuyos avances se están dando a conocer y aplicando a pasos acelerados. Descubrimientos sobre el comportamiento del cerebro que nos ayudan a entendernos, pero sobre todo, a entender a las generaciones más jóvenes, y su manera de relacionarse con el entorno profesional. Retos a los que los nuevos líderes se enfrentan ya en el presente para lograr que las personas logren su máximo potencial en el futuro de la mano del desarrollo de la propia organización.

Conocíamos la generación X, la Y, hasta estábamos empezando a conocer la generación millennial de las personas nacidas en los años 80 del siglo pasado, cuando de repente nos asalta la generación C. Un concepto acuñado por IBM para referirse a los nuevos consumidores, conectados, que colaboran, comparten, etc. La generación del convivir, de la creatividad; la generación del Youtube. Una generación que, a diferencia de las anteriores, no se encuentra asociada con una edad, sino con una forma de ser, una actitud y unos valores, aunque el 85% sean millennials, de momento.

Una generación a la que además motiva la honestidad y la integridad. Que ve el mundo lleno de posibilidades. Nómadas del conocimiento que buscan algo que les apasione a lo que dedicar su vida, en un corto o medio plazo. Porque no se ven en la misma empresa de aquí a cinco años;, lo que deja al liderazgo en una situación muy vulnerable.

Acaba de el artículo en Compromiso Empresarial

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Publicado por Carmen Martí

Apasionada de la comunicación social y la responsabilidad social.

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